Tabla de Contenidos

Falsa modestia

La falsa modestia es una forma disimulada de autoprotección o autoafirmación que adopta la apariencia de humildad, pero que en el fondo no admite la crítica, el aprendizaje ni la descentralización del ego clínico. En neurocirugía, donde la humildad es cada vez más valorada como virtud profesional, la falsa modestia puede instalarse como un disfraz funcional para sostener la imagen de equilibrio sin asumir sus verdaderas implicaciones relacionales o éticas.

Características de la falsa modestia

Declaraciones autocríticas vacías, que no se traducen en cambios reales de conducta (“yo cometo errores como todos”, sin aceptar ni revisar ninguno).

Elogios superficiales al equipo, sin reconocimiento auténtico de su valor (“lo ha hecho bien el residente, aunque con mis indicaciones”).

Apariencia de apertura, pero cierre a la colaboración genuina.

Negación pública del mérito, mientras se busca validación en privado.

Lenguaje autodegradante calculado, para evitar parecer arrogante, sin ceder control real.

Efectos en el entorno clínico y docente

Confusión en los equipos: no se sabe si hay espacio real para aportar o solo una “fachada amable”.

Desmotivación de residentes: no se sienten verdaderamente reconocidos ni acompañados.

Reforzamiento del estatus por vías pasivas, evitando el conflicto o la confrontación abierta.

Inhibición del diálogo auténtico, al simular una horizontalidad inexistente.

Causas comunes de la falsa modestia

Miedo a parecer arrogante, especialmente en culturas donde el ego quirúrgico está mal visto.

Necesidad de control simbólico, disfrazada de prudencia.

Inseguridad no resuelta, que se proyecta en una imagen gestionada cuidadosamente.

Aprendizaje social: se adopta como estilo aceptable en entornos donde la humildad real nunca fue modelada.

Cómo promover la autenticidad en lugar de la falsa modestia

Fomentar modelos de liderazgo transparente, que reconozcan fortalezas y límites de forma natural.

Validar el mérito sin excesos, ni hipérboles ni negaciones.

Reforzar la autoconciencia emocional como parte del desarrollo profesional.

Aceptar la crítica como parte del crecimiento, no como amenaza al personaje quirúrgico.


La falsa modestia puede parecer inofensiva, incluso elegante. Pero en contextos de alta responsabilidad como la neurocirugía, representa una forma sofisticada de evasión del aprendizaje, de control relacional y de perpetuación del ego. La verdadera humildad no necesita escenificación: se manifiesta en decisiones compartidas, en gestos cotidianos y en la disposición a aprender con otros, sin esconderse tras frases amables.