La autoprotección es un conjunto de mecanismos psicológicos, muchas veces inconscientes, mediante los cuales el neurocirujano busca preservar su integridad emocional, profesional y relacional frente a situaciones de amenaza, crítica o inseguridad.
En un entorno de alta presión como la neurocirugía, la autoprotección puede ser adaptativa o desadaptativa.
La autoprotección es humana y comprensible. Pero cuando se convierte en un estilo relacional crónico, bloquea el contacto con el otro y con uno mismo. Reconocer cuándo nos estamos protegiendo es el primer paso para poder abrirnos a liderar, enseñar y operar con más verdad, más libertad y más humanidad.