El Mito en Neurocirugía: Figura Fundante, Relato Limitante
Toda profesión construye mitos. Pero la neurocirugía, por su carga simbólica, técnica y emocional, ha generado algunos de los relatos más potentes del imaginario médico moderno.
Estos mitos fundan identidad, inspiran vocaciones y otorgan sentido. Pero también, si no se revisan, limitan el crecimiento personal, perpetúan el sufrimiento y distorsionan la práctica clínica.
Mitos fundacionales de la neurocirugía
- El cirujano infalible: nunca duda, nunca falla, siempre actúa.
- El jefe supremo: omnipresente, incuestionable, venerado.
- El residente mártir: debe sacrificarse sin rechistar para llegar a “ser alguien”.
- El éxito como destino: se opera para ganar prestigio, no para aliviar sufrimiento.
- El error como fracaso moral: equivocarse es vergonzoso, y se debe ocultar.
Función de los mitos
- Dan cohesión cultural: todos saben “cómo se supone que debe ser”.
- Sostienen el esfuerzo inicial: “si aguanto, algún día seré como él”.
- Ofrecen un modelo aspiracional fuerte.
Pero también...
- Impiden mostrar vulnerabilidad.
- Perpetúan jerarquías incuestionables.
- Reprimen la duda y la crítica.
- Generan culpa o vergüenza al desviarse del molde.
- Invisibilizan otros modelos de ser cirujano: más humanos, más éticos, más reales.
Romper el mito no es destruirlo
- Es reconocer su función histórica sin seguir presos de ella.
- Es revisar los relatos que nos han formado y elegir cuáles queremos seguir habitando.
- Es dar espacio a nuevas formas de liderazgo, enseñanza, presencia clínica.
¿Qué mitos nuevos podríamos escribir?
- El neurocirujano que sabe decir “no sé” sin perder autoridad.
- El jefe que escucha más que impone.
- El residente que aprende desde la dignidad, no desde el sacrificio.
- El error como fuente de aprendizaje compartido.
- El quirófano como lugar de conciencia, no de castigo.
Conclusión
El mito no es el enemigo. El mito no revisado, sí. Ser neurocirujano en el siglo XXI implica preguntarse: ¿Qué historia estoy encarnando? ¿A qué relato estoy sirviendo? ¿Y cuál quiero dejar a quienes vienen detrás? Porque los cuerpos se operan con bisturí. Pero la cultura quirúrgica… se transforma con palabras nuevas.