Integridad en Neurocirugía: Ser Uno Solo, También en el Quirófano
La integridad no es perfección. Es coherencia interna, verdad sostenida, ética vivida en lo concreto. Un neurocirujano íntegro no es el que nunca se equivoca, sino el que no necesita mentirse, ni ocultarse, ni aparentar para seguir adelante.
¿Qué significa tener integridad en la práctica neuroquirúrgica?
- Actuar desde lo que se cree correcto, incluso si es impopular.
- No separar la técnica de la ética, el gesto clínico de la humanidad.
- Reconocer límites sin disfrazarlos de excusas.
- Tomar decisiones pensando en el paciente antes que en el prestigio.
- Corregir sin humillar, liderar sin abusar, enseñar sin dominar.
Formas cotidianas de vivir (o perder) la integridad
- Contar toda la verdad al paciente… o decir solo lo que conviene.
- Aceptar un caso que no se domina… o derivarlo con honestidad.
- Atribuirse méritos ajenos… o reconocer el trabajo del equipo.
- Corregir un error… o justificarlo para proteger la imagen.
- Callar ante una injusticia… o alzar la voz aunque incomode.
Integridad y poder
- El poder sin integridad se vuelve autoritarismo.
- La jerarquía sin integridad se convierte en sometimiento.
- La docencia sin integridad forma discípulos obedientes, pero no profesionales libres.
Integridad y paz personal
- Solo quien actúa en coherencia consigo mismo puede dormir tranquilo.
- La integridad da fuerza en la adversidad y humildad en el éxito.
- No protege del error… pero sí de la vergüenza interna.
Cómo cultivar la integridad
- Revisar las propias decisiones, incluso las correctas.
- Escuchar a quienes nos incomodan.
- Aceptar crítica sin hundirse, y elogio sin inflarse.
- Hacerse preguntas difíciles… y responderlas con verdad.
- Vivir el quirófano como espacio técnico, sí, pero también como escenario de conciencia.
Conclusión
La integridad no es un valor más: es la columna central. En un entorno donde la técnica deslumbra, la autoridad pesa y el error duele… ser íntegro es elegir cada día no dejarse arrastrar por la prisa, el miedo o el ego. Porque al final, más allá de lo que se operó, se publicó o se lideró… lo único que queda es esto: ¿fuiste fiel a ti mismo? ¿fuiste justo con los demás? ¿fuiste verdadero en lo que hiciste?