Humillar en Neurocirugía: Cuando el Poder se Olvida de la Dignidad
Humillar es hacer que otro se sienta menos, inferior, expuesto o ridiculizado. No siempre se hace a gritos. A veces basta un silencio despreciativo, una corrección pública sin cuidado, una risa a destiempo. En neurocirugía —donde la tensión, la presión y la jerarquía son constantes— humillar se ha normalizado bajo el disfraz de “formar carácter” o “enseñar con dureza”. Pero no forma: hiere. Y no enseña: paraliza.
¿Cómo se humilla sin saberlo?
- Interrumpiendo sistemáticamente al residente.
- Haciendo comentarios irónicos delante del equipo.
- Usando el error del otro como lección pública, sin cuidado.
- Comparando de forma despectiva: “a tu edad, yo ya…”
- Ridiculizando una pregunta, una duda o una emoción.
Consecuencias de la humillación en el entorno clínico
- Bloqueo del aprendizaje.
- Desconfianza crónica hacia la figura del tutor.
- Reproducción del mismo patrón con futuros residentes.
- Heridas emocionales que duran mucho más que la guardia.
Humillar no es exigir
- Se puede corregir sin herir.
- Se puede evaluar sin destruir.
- Se puede liderar sin aplastar.
- Formar no es endurecer: es acompañar el crecimiento.
¿Por qué se perpetúa la humillación?
- Porque muchos la vivieron y la repiten sin cuestionar.
- Porque se confunde autoridad con superioridad.
- Porque se usa el estrés como justificación emocional.
- Porque nadie ha dicho, con calma pero con firmeza: esto no está bien.
Cómo transformar la cultura de la humillación
- Revisar el lenguaje y el tono con que se enseña.
- Pedir disculpas cuando se ha cruzado una línea.
- Validar la dignidad del otro incluso cuando ha fallado.
- Crear espacios seguros para hablar del daño vivido.
- Recordar que lo que más forma… es el respeto sostenido.
Conclusión
La humillación no mejora la técnica. Solo disminuye al otro. Y en un oficio que trata con cuerpos vulnerables y decisiones críticas, el respeto no es un lujo: es una forma de verdad. Un neurocirujano puede ser brillante. Pero si humilla… su luz es ciega.