Coherencia en Neurocirugía: Ser Uno Solo, Dentro y Fuera del Quirófano
La coherencia es la alineación entre lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace. En neurocirugía, donde las decisiones son complejas y las relaciones jerárquicas están cargadas de emoción, la coherencia se convierte en brújula moral, base del liderazgo, y raíz de la confianza.
¿Cómo se reconoce a un neurocirujano coherente?
- No promete lo que no puede cumplir.
- No dice una cosa al paciente y otra al equipo.
- No exige a los demás lo que no practica.
- No se oculta tras la jerarquía cuando falla.
- Opera, enseña y lidera desde el mismo lugar interno.
Coherencia ≠ perfección
- Se puede ser coherente y cometer errores.
- La incoherencia no está en fallar, sino en negar el fallo o justificarlo con poder.
- Coherencia es reconocer el desajuste y repararlo.
Efectos de una coherencia sostenida
- Confianza natural del equipo.
- Clima ético en el quirófano.
- Paz personal: no hay doblez, no hay personaje.
- Docencia creíble: se enseña con lo que se es.
Consecuencias de la incoherencia sistemática
- Desgaste moral del entorno.
- Imitación de patrones tóxicos por parte de residentes.
- Pérdida de credibilidad, incluso con técnica excelente.
- Dificultad para escuchar la crítica o sostener el error.
Cómo cultivar la coherencia
- Revisar con frecuencia las propias decisiones: “¿esto refleja mis valores?”
- Escuchar cómo los demás perciben lo que uno hace.
- Alinear discurso público y comportamiento privado.
- Aceptar cuando se ha sido incoherente… y corregir sin drama.
- Recordar que coherencia no es rigidez: es integridad con flexibilidad consciente.
Conclusión
La coherencia no se proclama. Se encarna. No necesita aplauso, ni defensa, ni explicación. Y cuando está presente, todo el equipo respira distinto. Porque el verdadero liderazgo no se impone… se reconoce en el silencio de quien actúa como habla… y habla como siente.