La Mirada en Neurocirugía: Ver con Precisión, Mirar con Conciencia
En neurocirugía, mirar no es sólo observar una imagen o una estructura anatómica. Es un acto clínico, ético y humano. La mirada del neurocirujano —cuando está presente de verdad— comunica respeto, decisión, duda, compasión o firmeza. Y, al mismo tiempo, revela desde dónde se está operando: desde el ego o desde el cuidado, desde el control o desde la presencia.
Tipos de mirada que habitan la práctica neuroquirúrgica
- La mirada clínica: analiza, diagnostica, evalúa.
- La mirada técnica: busca precisión, controla el campo, decide el paso siguiente.
- La mirada docente: guía sin humillar, observa para formar.
- La mirada ética: se pregunta si lo que se va a hacer debe hacerse.
- La mirada emocional: capta lo que no se dice, conecta con el sufrimiento.
- La mirada interior: se vuelve hacia uno mismo para preguntarse “¿desde dónde estoy actuando hoy?”
La mirada como lenguaje
- Se puede curar con la mirada antes de tocar.
- Se puede herir con una mirada que juzga o desprecia.
- Se puede enseñar sin hablar, si la mirada dice: “confío en ti”.
- Se puede silenciar a alguien con la mirada… o invitarlo a hablar.
¿Qué ocurre cuando el neurocirujano deja de mirar?
- Se automatiza la técnica.
- Se despersonaliza al paciente.
- Se degrada la relación docente.
- Se opera con los ojos abiertos, pero sin ver.
Reaprender a mirar
- No sólo el TAC: la cara del paciente.
- No sólo el error: el proceso que llevó hasta ahí.
- No sólo al que destaca: al que no se atreve a hablar.
- No sólo hacia adelante: también hacia uno mismo.
Conclusión
Mirar es más que ver. Y en neurocirugía, donde tanto se decide, se enseña y se transforma, la calidad de la mirada define la calidad del gesto. Mirar con conciencia es comenzar a operar desde otro lugar. Porque, a veces, lo más curativo que hacemos… es mirar bien.