Invisibilizar en Neurocirugía: El Silencio Que Borra Sin Cortar
Invisibilizar es no mirar, no nombrar, no escuchar… hasta que el otro deja de existir simbólicamente. En neurocirugía, donde el estatus, el cargo y la trayectoria pesan, invisibilizar es una práctica tan frecuente como dañina. Y su peligro está en que no se ve… hasta que alguien deja de hablar, de participar, de estar.
¿A quién se invisibiliza?
- Al residente silencioso que no entra en los turnos de palabra.
- Al profesional sin carisma que no se hace notar.
- A la mujer en un entorno mayoritariamente masculino.
- Al paciente que no encaja en el perfil “esperado”.
- A quien no forma parte del “núcleo duro” del equipo.
¿Cómo se invisibiliza en la práctica diaria?
- No mencionar aportes clínicos o ideas válidas.
- Omitir la mirada o no dirigirse directamente a alguien.
- No invitar a participar cuando hay oportunidad de aprender.
- Contestar al acompañante antes que al paciente.
- No preguntar, no saludar, no incluir.
Efectos de la invisibilización
- Desvinculación emocional.
- Inseguridad profesional persistente.
- Pérdida de motivación.
- Aparición de cinismo o autoexclusión.
- Trasmisión de una cultura de exclusión silenciosa.
Invisibilizar ≠ no tener tiempo
- No mirar es una decisión, no una casualidad.
- No incluir en una conversación clínica no siempre es por prisa: muchas veces es por jerarquía inconsciente.
- Invisibilizar es una forma de seleccionar quién “merece” estar.
Cómo dejar de invisibilizar sin forzar
- Nombrar a quien ha hecho una aportación, aunque pequeña.
- Preguntar activamente al más callado.
- Escuchar sin interrumpir, aunque lo que se diga no sea brillante.
- Incluir en gestos mínimos: una mirada, una pregunta, un “gracias”.
- Recordar que ser visto una sola vez… puede cambiar el curso entero de una trayectoria.
Conclusión
Invisibilizar es amputar sin tocar. Es crear entornos donde unos existen… y otros solo asisten. En neurocirugía, donde el gesto clínico convive con el gesto humano, ver al otro es parte de la ética. Y nombrarlo… es ya una forma de cuidarlo.