Inconsciencia en Neurocirugía: Hacer sin Saber, Repetir sin Preguntar
La inconsciencia en neurocirugía no es ignorancia. Es actuar sin revisar. Es operar, enseñar o decidir sin cuestionarse desde dónde se está actuando, por qué se hace así y qué consecuencias tiene más allá del resultado técnico.
En un entorno de alta exigencia, la inconsciencia puede volverse un mecanismo de defensa: automatizar para no sentir, imponer para no dudar, repetir para no pensar.
¿Cómo se manifiesta la inconsciencia en la práctica diaria?
- Operar por rutina, sin preguntarse si es realmente necesario.
- Repetir frases o actitudes que se vivieron como residente, sin revisar su impacto.
- Enseñar con dureza “porque así se aprendió”.
- No mirar al paciente como persona, sino como “caso”.
- Tomar decisiones sin consultar, sin reflexionar, sin escuchar.
Inconsciencia y poder
- El poder quirúrgico potencia la inconsciencia si no se modula con conciencia.
- Cuando nadie cuestiona, el jefe inconsciente se convierte en figura incuestionable.
- Cuando se asume que “el que manda sabe”, se instala el riesgo silencioso.
Riesgos de una práctica inconsciente
- Desgaste del equipo.
- Pérdida de confianza con los pacientes.
- Docencia basada en el miedo o la repetición vacía.
- Desconexión emocional progresiva del propio oficio.
- Daños acumulados que nunca se nombran.
Señales de alarma
- “Siempre se ha hecho así.”
- “No es para tanto.”
- “Aquí no se cuestiona al que lleva años.”
- “Los residentes ahora se quejan de todo.”
Cultivar la conciencia
- Pararse a preguntar: “¿Por qué hago esto así?”
- Escuchar el efecto de mis decisiones en los otros.
- Revisar mis automatismos: quirúrgicos, docentes, relacionales.
- Abrirse al feedback sin defensividad.
- Recordar que la técnica sin conciencia… no es excelencia: es repetición.
Conclusión
La inconsciencia es cómoda, pero estéril. Y en neurocirugía, donde cada gesto tiene impacto, hacer sin conciencia es operar con los ojos abiertos… pero con el alma cerrada. Solo quien se atreve a ver lo que hace, cómo lo hace y desde dónde lo hace, puede ser llamado clínico maduro. Porque operar con técnica… salva cuerpos. Pero operar con conciencia… salva también la profesión.