La destreza es la capacidad de ejecutar con precisión, fluidez y eficacia una maniobra técnica compleja. En neurocirugía, es un valor central: permite operar estructuras delicadas, tomar decisiones rápidas, y actuar con seguridad.
Pero la destreza no es solo habilidad manual. También implica atención, presencia, respeto por el tejido, sensibilidad por el contexto.
La destreza es la música fina de la neurocirugía. Pero si se toca sin alma, sin conciencia, sin ética… suena perfecta pero vacía. Y un bisturí preciso sin respeto por el cuerpo y la historia que toca… no cura: solo corta.