Ser Verdadero en Neurocirugía: Más Allá del Rol, Más Allá del Ruido
Ser verdadero no es ser perfecto. No es tener razón siempre. No es saberlo todo. Ser verdadero es habitar con conciencia lo que uno es, lo que uno hace, y lo que uno transmite.
¿Cómo suena alguien verdadero?
- “No lo sé, pero quiero entenderlo contigo.”
- “Esto no me parece justo, aunque sea habitual.”
- “Me equivoqué. Lo asumo. Lo reparo.”
- “Gracias por señalarlo. No lo había visto.”
- “Esto me emociona. Esto me duele. Esto me importa.”
¿Qué no es ser verdadero?
- No es complacer siempre.
- No es evitar el conflicto.
- No es proteger la imagen a toda costa.
- No es repetir lo que se espera.
- No es hablar bonito: es hablar desde dentro.
En el quirófano
- Ser verdadero no implica mostrar todo.
- Implica no fingir lo que uno no es.
- Es operar desde el criterio, no desde la vanidad.
- Es respetar la vida que se toca, no solo la técnica que se aplica.
En la enseñanza
- Un tutor verdadero no forma discípulos obedientes, sino personas críticas.
- Se deja ver en lo que sabe… y también en lo que aún duda.
- No necesita ocultar el camino que le costó llegar.
En la vida profesional
- El neurocirujano verdadero no usa la bata como coraza.
- No necesita decorarse con títulos, porque su presencia habla.
- No actúa desde el deber… sino desde el sentido.
Ser verdadero cuesta
- Se pierde aprobación fácil.
- Se despiertan resistencias.
- Se ve lo que otros prefieren callar.
- Pero a cambio… uno se reconoce. Y puede descansar.
Conclusión
Ser verdadero no es un rol: es una forma de estar. Una forma de mirar, de operar, de enseñar, de escuchar… Una forma de no traicionarse. Y quizás, en el fondo, la única forma digna de sostener un bisturí.