El cinismo es una actitud de indiferencia o desprecio disimulado hacia lo que antes importaba: el paciente, el equipo, el propio oficio. En neurocirugía, el cinismo aparece cuando la emoción fue negada demasiadas veces, cuando la frustración no encontró salida, cuando el sufrimiento se transformó en sarcasmo.

No es maldad. Es un escudo.

  • Comentarios irónicos sobre los pacientes o sus familias.
  • Humor negro como lenguaje habitual de equipo.
  • Distancia emocional que se disfraza de madurez profesional.
  • Desprecio hacia los ideales del residente ilusionado.
  • Rechazo a todo lo que suene a empatía, cuidado o humanismo.
  • De la desconexión emocional prolongada.
  • Del desgaste acumulado por años de presión no verbalizada.
  • De haber sido ridiculizado por sentir.
  • De haber aprendido que lo emocional no tiene espacio en el quirófano.
  • De la decepción repetida: con el sistema, con los jefes, con uno mismo.
  • Normalización de la frialdad.
  • Desmotivación del residente que aún cree.
  • Ruptura de la relación de cuidado.
  • Pérdida del sentido profundo del trabajo.
  • Transmisión generacional de un estilo quirúrgico deshumanizado.
  • Lucidez es ver lo que duele… y actuar con conciencia.
  • Cinismo es verlo… y anestesiarse para no sentir más.
  • Uno transforma.

El otro se protege.

  • Reconociendo que algo se ha perdido por el camino.
  • Recuperando el sentido del cuidado más allá de la técnica.
  • Escuchando sin burlarse.
  • Permitirse sentir, aunque sea tarde.
  • Rodearse de voces que aún creen… y no reírse de ellas.

El cinismo no es valentía. Es una señal de agotamiento emocional. Y aunque protege, también aísla. También cansa. También vacía. En neurocirugía, donde tanto se juega cada día, la ironía sin conciencia puede convertirse en una forma de abandono. Y tú, que elegiste este oficio… no estás aquí para abandonarte.

  • cinismo.txt
  • Última modificación: 2025/05/03 23:57
  • por 127.0.0.1