Este tumor ocupa el espacio ventricular, ya sea por que se encuentran totalmente dentro del ventrículo o nacen de alguna de las paredes del mismo.
La incidencia según localización y tipo es:
Tumores del III ventrículo:
Craneofaringiomas: 2.5%-4% de todos los tumores cerebrales (50% en niños) Quistes coloides del III ventrículo (Quistes neuroepiteliales): 2% de autopsias según Russell y Rubestein y 0.5 a 1% de todos los tumores intracraneales
Tumores de los plexos coroideos 0.4 a 10% de todos los tumores intracraneales, 70% en menores de 2 años
Ependimomas: 6 a 12% de todos los tumores intracraneales del niño
Neurocitomas menos del 1% de lo tumores en intracraneales en adolescentes y jóvenes adultos.
Meningiomas intraventriculares: 15% de todos los meningiomas intracraneales en la infancia (80% en los ventrículos laterales)
Teratomas 0.5% de todos los tumores intracraneales en la infancia.
Astrocitomas de células gigantes: Su incidencia se estima en 1⁄100,000 a 1⁄150,000 personas.
La resección presenta un desafío debido a su profunda localización, lo cual puede provocar secuelas neurológicas antes o después de la cirugía. Con el uso del microscopio quirúrgico, la mayoría de las lesiones de los ventrículos laterales y del tercer ventrículo son accesibles por una craneotomía con abordaje transcalloso transcortical o interhemisférico.
Otros han descrito el uso de separadores tubulares, pero con experiencia limitada
Abordaje transcortical transventricular
Abordaje transcalloso transventricular
Abordaje transcalloso interhemisférico
Estos abordajes están asociados con retracción cerebral, que puede provocar convulsiones, déficits neurológicos focales, y deterioro cognitivo 1),2) 3) 4) 5) 6).
Un abordaje neuroendoscópico puro es mínimamente invasivo, y evita la retracción del cerebro proporcionando una visualización directa de la lesión
El acceso al sistema ventricular a través de un trépano y el uso de un endoscopio puede permitir la visualización endoscópica de tumores y quistes que pueden ser resecados.
Puede permitir además el restablecimiento de las vías de comunicación del LCR, en casos de hidrocefalia obstructiva.
La resección neuroendoscópica de quistes y tumores intraventriculares está limitada por una instrumentación apropiada sobre todo en tumores grandes 7).