La Prioridad 2 corresponde a aquellos pacientes que presentan un riesgo de deterioro neurológico progresivo o de desarrollar una discapacidad importante si no son intervenidos en un plazo relativamente corto.
Aunque no existe un riesgo vital o daño inmediato inminente, la espera prolongada podría:
📌 Reevaluar clínicamente a los pacientes antes de cumplir 30 días si no han sido intervenidos.
📌 Priorizar dentro del grupo de Prioridad 2 a aquellos con síntomas más rápidamente progresivos.
📌 Informar claramente al paciente sobre la importancia de acudir ante cualquier empeoramiento súbito.
📌 Si durante la espera el paciente muestra un empeoramiento clínico significativo, debe ser reclasificado como Prioridad 1 y reprogramado con urgencia.