Es una condición muy debilitante que afecta a las actividades diarias de los pacientes, y su tratamiento ha sido un reto para los neurocirujanos.
El injerto del nervio peroneo común o nervio ciático suele dar lugar a malos resultados.
La transferencia de una rama motora del nervio tibial al nervio peroneo profundo a nivel de la fosa poplítea es viable, y aunque se observaron resultados favorables en algunos pacientes, la inconsistencia de los resultados, no recomienda el uso rutinario de esta técnica 1)