Imponer es obligar al otro a aceptar algo sin posibilidad de diálogo, crítica o alternativa. En neurocirugía, donde las decisiones deben ser rápidas y claras, el riesgo de imponer está siempre presente. Pero cuando se convierte en hábito, deja de ser eficacia… y se vuelve violencia estructural.
Quien impone… genera obediencia vacía.
Imponer no enseña. Impedir el pensamiento no crea criterio. En neurocirugía, donde cada gesto educa o hiere, la autoridad sin escucha se convierte en dominio. Y el dominio, aunque cure cuerpos… no forma personas libres.