====== Superioridad ====== El [[sentimiento]] de superioridad es una [[percepción]] subjetiva de estar por encima de los demás en [[capacidad]]es, valor o [[jerarquía]]. En neurocirugía, donde la [[exigencia]] técnica y cognitiva es excepcionalmente alta, este sentimiento puede surgir como consecuencia natural del dominio clínico adquirido. No obstante, cuando se consolida como rasgo estable de personalidad o se expresa conductualmente en el entorno asistencial, la superioridad puede convertirse en un obstáculo relacional, docente y ético. Es necesario distinguir entre: Superioridad funcional o técnica: basada en la [[experiencia]], el [[conocimiento]] y la [[responsabilidad]] inherente al [[rol]] del neurocirujano. Se ejerce con [[humildad]], orientada al [[liderazgo]] clínico y la [[toma de decision]]es en [[beneficio]] del paciente. Superioridad desadaptativa o psicológica: basada en la [[autoimagen]] inflada, la [[desvalorización]] del otro y la necesidad de [[reafirmación]] continua. Suele acompañarse de actitudes autoritarias, [[desprecio]] sutil o abierto y escasa [[autocrítica]]. La vivencia de superioridad desadaptativa puede expresarse mediante: Actitudes paternalistas o impositivas en la [[relación]] médico-paciente. [[Deslegitimación]] de opiniones del equipo multidisciplinar (anestesia, enfermería, oncología, rehabilitación). [[Docencia]] verticalista y no dialogante, donde el residente es percibido como receptor pasivo y no como aprendiz activo. [[Dificultad]] para reconocer límites clínicos o pedir ayuda, lo que puede incrementar el riesgo médico-legal. Factores que refuerzan el sentimiento de superioridad [[Cultura jerárquica no cuestionada]], especialmente en servicios con figuras históricas muy dominantes. Reconocimiento social desproporcionado, que desvincula la pericia técnica de la responsabilidad ética. Ausencia de espacios de revisión personal y emocional, que permitirían confrontar estos sentimientos sin temor. Consecuencias del sentimiento de superioridad sostenido Deterioro de la relación terapéutica, donde el paciente se convierte en objeto pasivo de la intervención y no en sujeto del proceso asistencial. Ruptura del trabajo colaborativo, afectando la eficiencia y seguridad del entorno quirúrgico. Clima docente inhibidor, donde los residentes aprenden a no cuestionar ni preguntar. Resistencia al aprendizaje continuo, particularmente cuando proviene de colegas de menor rango o especialidades no quirúrgicas. Propuestas de intervención Reflexión crítica sobre el rol profesional, incorporando conceptos de liderazgo ético y vulnerabilidad responsable. Supervisión horizontal y cultura del feedback entre pares. Visibilización y valoración de todos los roles clínicos, incluyendo personal auxiliar, de enfermería y técnico. Formación en inteligencia emocional, para promover la conciencia de uno mismo y la regulación interpersonal. El sentimiento de superioridad, cuando no se gestiona desde la humildad y la autoconciencia, puede desnaturalizar el ejercicio de la neurocirugía y alejar al profesional de su vocación de servicio. La verdadera excelencia clínica no se sostiene en la superioridad psicológica, sino en el compromiso continuo con el conocimiento, el respeto y el trabajo colectivo.