En el siglo XIX, John Hunter demostró que la ligadura proximal de arterias periféricas era un método confiable para tratar aneurismas periféricos. Esto originó la “ligadura hunteriana”. Siglos posteriores, [[victor_horsley|Víctor Horsley]] y [[harvey_williams_cushing|Harvey Cushing]] extendieron esta técnica a los [[aneurisma_cerebral|aneurismas cerebrales]], con un menor éxito debido a la tasa de mortalidad de hasta un 25 por ciento. Aunque el uso de la oclusión de la arteria proximal, o ligadura Hunteriana, para el tratamiento de aneurismas intracraneales ha disminuido mucho durante las últimas décadas, este enfoque todavía encuentra uso para ciertos [[aneurisma_gigante|aneurismas gigantes]] y [[aneurisma_complejo|complejos]]. Los principales riesgos de sacrificio de esta arteria son complicaciones [[isquemia_cerebral|isquémicas]] pero también, aunque rara, formación de aneurismas de novo (Arnaout y col., 2012). **Bibliografía** Arnaout, Omar M, Rudy J Rahme, Salah G Aoun, Marc R Daou, H Hunt Batjer, and Bernard R Bendok. 2012. “De Novo Large Fusiform Posterior Circulation Intracranial Aneurysm Presenting with Subarachnoid Hemorrhage 7 Years After Therapeutic Internal Carotid Artery Occlusion: Case Report and Review of the Literature.” Neurosurgery 71 (3) (September): E764–771. doi:10.1227/NEU.0b013e31825fd169.