Son un grupo de medicamentos que se utilizan para disolver los coágulos que obstruyen las arterias. También son llamados “trombolíticos”. Tienen un efecto mucho más potente que los fármacos antiplaquetarios y anticoagulantes. Se administran por vena en situaciones de urgencia, cuando existe un coágulo que obstruye una arteria del cerebro, del corazón o del pulmón. Se reserva su uso para las primeras horas tras el inicio de los síntomas de accidente cerebrovascular (ACV), infarto de miocardio o tromboembolismo pulmonar (TEP). Se emplea en casos graves y en pacientes sin riesgo importante de hemorragias. Como efectos adversos, los fibrinolíticos pueden producir sangrados severos e hipotensión (disminución de la presión arterial). Los medicamentos fibrinolíticos son el tPA (activador tisular del plasminógeno) y la estreptoquinasa.